Organigrama de una residencia de ancianos

Una residencia de ancianos es un centro pensado para atender todas aquellas necesidades que puedan requerir las personas mayores que viven en ella. Lograrlo requiere contar con una estructura interna, perfectamente definida, que garantice su buen funcionamiento, velando no solo por la salud de cada residente sino también por su bienestar en todos los ámbitos: físico, mental, emocional o social.
El organigrama de una residencia de ancianos refleja las distintas áreas de trabajo en las que se enmarca el personal del centro, estableciendo la correspondiente jerarquía en cada una de ellas con la que conseguir el objetivo común. Dirección, profesionales médicos, administración, trabajadores y asistentes sociales, personal de mantenimiento… aunque hay pequeñas diferencias entre centros públicos y privados, y también a ligeras variaciones atendiendo al número de residentes y a la legislación vigente en cada comunidad autónoma, en general, en el organigrama de una residencia de ancianos, hay una serie de equipos y órganos gestores y de atención que son comunes a todas ellas y que analizamos en este artículo
Director
En el esquema funcional, tanto de las residencias gestionadas por los servicios regionales de bienestar social, como en el de aquellas de gestión privada, el director es la máxima autoridad y también el máximo responsable del centro. Su misión es garantizar que las personas que en él viven reciben una atención integral y personalizada con total respeto a sus derechos y al régimen interno de la residencia.
El director se encuentra en la cúspide del organigrama de una residencia y, en una representación gráfica del órgano de dirección unipersonal que representa, partirían las líneas de conexión con las distintas áreas funcionales cuyo funcionamiento, en última instancia, dependen de él.
En concreto las funciones de un director de residencia de ancianos pueden resumirse en:
Planificar, coordinar y supervisar todos los servicios y actividades de la residencia favoreciendo la interconexión entre las distintas áreas de atención a los residentes.
- Elaborar planes de actuación que permitan cumplir los objetivos asistenciales.
- Gestionar el presupuesto del centro.
- Velar por el cumplimiento de los requisitos legales y porque se respete, en todo momento, los derechos de usuarios y familiares.
- Ejercer como jefe de personal del conjunto de trabajadores de la residencia
- Atender sugerencias, quejas o reclamaciones de usuarios y familiares.
Área sanitaria
Bajo la supervisión del director y todos ubicados al mismo nivel en el organigrama se encuentran los distintos departamentos que permiten organizar el trabajo y atender las necesidades de los residentes.
En cualquier residencia de ancianos, la unidad de atención sanitaria ocupa un lugar destacado, ya que, la función de los profesionales que la forman es aplicar las medidas necesarias para el cuidado de la salud de los mayores.
“El organigrama de una residencia de ancianos se estructura partiendo del puesto de director, máximo responsable, del que dependen las distintas áreas: sanitaria, administrativa y de servicios y mantenimiento”
Encabezada por el médico jefe de área, esta unidad agrupa a los profesionales sanitarios cuya presencia es indispensable (y obligatoria) para prestar la asistencia que los mayores necesitan para mantener la salud. Médico, enfermeros, auxiliares y gerocultores son parte del personal del área sanitaria, con trabajos específicos que han de realizar de manera coordinada.

El Médico, responsable de área sanitaria
El médico de una residencia de ancianos es el máximo responsable de la atención sanitaria que proporciona el centro. Las funciones del médico abarcan:
- El reconocimiento médico de los nuevos residentes para determinar la atención sanitaria que requieren, estableciendo tratamientos y pautas de medicación en caso necesario.
- La apertura del historial médico y la realización de las correspondientes actualizaciones teniendo en cuenta la evolución en la salud del usuario de la residencia.
- El seguimiento a nivel sanitario de cada persona mayor, buscando en todo momento la mejora física, psíquica y previniendo la posible aparición de nuevas patologías o complicaciones en las existentes.
- El control del inventario del material sanitario y farmacológico del centro.
- Determinar la necesidad de traslado de un residente al hospital por requerir atención médica que no es posible proporcionar en el centro. Informar a los familiares en caso de situaciones de urgencia médica.
- Informar a la persona (cuando es posible y adecuado) y a sus familiares sobre el estado de salud de los residentes y su evolución.
Enfermeros y auxiliares de enfermería
El equipo de enfermeros y técnicos auxiliares presta atención sanitaria directa a cada residente, velando por sus necesidades específicas y siempre actuando según las indicaciones médicas.
Las funciones de enfermeros y auxiliares son múltiples, encargándose entre otras cosas de:
- Administrar de la medicación pautada por el médico
- Realizar controles periódicamente que permitan llevar el seguimiento del estado de salud de los residentes: toma de tensión, temperatura, peso… e informar al médico sobre cualquier anomalía.
- Ayudar a los residentes que lo necesiten en acciones básicas como la ingesta de alimentos, el aseo personal o la movilidad.
Fisioterapeutas
Siempre en coordinación con el equipo médico, muchas residencias de ancianos incluyen en su unidad sanitaria a un (o varios) fisioterapeuta, cuya función principal es establecer el programa de actividad física y ejercicios específicos que cada residente requiere para mantener o mejorar su movilidad y autonomía. La función del fisioterapeuta incluye actuar, también, en aquellos casos en los que por enfermedad, traumatismo o periodo postoperatorio se requiere su intervención en el proceso de rehabilitación.
Área Psico – social
El objetivo de un centro residencial de personas mayores es proporcionar el cuidado y el bienestar que demanda cada una de ellas y, en este sentido, la unidad pisco social, se sitúa en paralelo a la sanitaria en el organigrama de una residencia de ancianos.
Psicólogos, gerontólogos, terapeutas, logopedas… forman un equipo interdisciplinar cuyo objetivo es doble. En un primer momento, facilitar la integración del adulto mayor en su nueva residencia y, además, promover su salud mental y bienestar psicológico.
Las funciones del psicólogo en la residencia de ancianos y del resto de profesionales que forman esta unidad funcional son:
- Establecer programa de actividades individuales y grupales que favorezcan la salud psicológica principalmente encaminadas a frenar el posible deterioro cognitivo.
- Prevenir o tratar síntomas de alguna alteración psicológica como la depresión, los trastornos alimentarios o la baja autoestima.
- Establecer estrategias de intervención conductual o emocional si el residente lo requiere, siempre en colaboración con el resto de profesionales sanitarios. Evaluar los resultados de las terapias aplicadas.
- Dirigir terapias familiares basadas en los beneficios que aporta el contacto del residente con sus allegados.
- Determinar acciones y actividades que propicien en lo posible la autonomía de los residentes, directamente relacionada con su bienestar.
Asistente o trabajador social
En el organigrama de una residencia de ancianos, la figura del trabajador social tiene una especial relevancia y podría incluirse tanto en el área psico – social, como en la unidad de administración, ya que, ejerce competencias en ambos ámbitos y forma parte del equipo multidisciplinar encargado de la atención integral de los mayores
Las principales funciones del trabajador social en residencias podrían resumirse en:
- Participa, con el resto del equipo de profesionales, en la elaboración del Plan de Atención Individualizada (PAI) de los residentes.
- Colabora en el diseño del programa de actividades del centro, siempre desde el enfoque de la integración social.
- Supervisa la correcta integración de la persona mayor en la residencia y realizar evaluaciones periódicamente que confirmen su bienestar.
- Asesora al residente y a sus familiares sobre todo aquello que puedan necesitar, encargándose de la gestión de algunos trámites administrativos si fuera necesario, por ejemplo: renovación del DNI, empadronamientos, cobro de pensiones.
Área administrativa
Para su correcto funcionamiento, la residencia de ancianos ha de incluir en su organigrama al departamento encargado de las tareas administrativas.
Agrupando diversos perfiles profesionales, las funciones de la unidad de administración son entre otras:
- Recepción de residentes y familiares. Control, tanto de visitantes como de las salidas y entradas de residentes.
- Trámites burocráticos relativos a la gestión del centro (gestiones bancarias, recibos, tributos, licencias…)
- Atención personal y telefónica a residentes e interesados en un posible ingreso en la residencia
- Actualización de los expedientes administrativos de los residentes
- Gestión y administración de los materiales, enseres o mobiliario necesario para la prestación de los servicios. Control de inventario
- Labores de contabilidad atendiendo al presupuesto aprobado.
Área de servicios y mantenimiento
Un centro de mayores ofrece distintos servicios a sus residentes, algunos imprescindibles como el alojamiento en instalaciones adecuadas o la manutención y otros con los que puede contar la propia residencia u ofrecerlos a los usuarios como un servicio externo.
Las unidades de servicios y mantenimiento ocupan la base del organigrama de una residencia de ancianos y en ellas se encuadran múltiples actividades esenciales para el funcionamiento centro como:
- Servicio de cocina y comedor (atendiendo a las necesidades nutricionales de cada residente).
- Limpieza, tanto de habitaciones como del conjunto de las instalaciones.
- Lavandería
- Mantenimiento general y pequeñas reparaciones.
- Control de aprovisionamiento y almacén, en colaboración con la unidad de administración.
- Servicios adicionales como podología, peluquería o servicios religiosos.